viernes, febrero 29, 2008

Los Dioses Serpiente


Desde hace mucho tiempo, las serpientes han desempeñado un importante papel en la humanidad. De hecho, son muchas las religiones que con frecuencia las mencionan y que les rinden un especial culto sagrado. Existe en la India lugares en los que se venera a los reptiles y aun se les haces vivir el templos sagrados. Por otro lado, hay varias sectas de ritos satánicos que utilizan a las serpientes como símbolo eje de sus creencias.

Nosotros mismos podemos observar cómo las serpientes provocan distintas reacciones entre las personas; hay quienes las adoran, coleccionan y alimentan como a hijos propios, y también otros que las detestan simplemente con mirarlas. ¿Qué significa el que tales serpientes sean “especiales” para el hombre?

Algunas gentes piensan que las serpientes, en realidad, fueron hace millones de años una raza fuerte y organizada que pobló la Tierra, y que tuvo que combatir y perder contra la humanidad, por la supremacía de nuestro planeta. Esta idea podría parecer disparatada, pero si observamos los argumentos que nos ofrecen quienes la defienden, veremos que es muy posible que las serpientes sean los descendientes de una raza de dioses serpiente que llegaron a la Tierra muchos millones de años antes que los dioses humanoides, y que poblaron nuestro planeta hasta que apareció el hombre. Entre ambas razas, se libraría una batalla de la que existen algunos testimonios, y la raza humana terminaría por imponerse a las serpientes.

Hace 150 millones de años.

Es preciso recordar que los reptiles se han arrastrado sobre la superficie de la Tierra desde hace más de 150 millones de años, que si los comparamos con el sólo único millón que el hombre ha deambulado por el planeta, aquéllos resultan una eternidad. En el largo lapso en que las serpientes permanecieron “solas” en la Tierra pudieron haber ocurrido muchas cosas. Es muy posible que los reptiles hayan llegado a tener una organización social, complicados medios de comunicación, e incluso que hayan llegado a definir creencias religiosas.

No es difícil suponer que los primeros “dioses” de origen extraterrestre que llegaron a nuestro planeta hayan sido dioses serpientes; lógicamente al tratar de poblar la Tierra haya sido con seres idénticos a ellos, y fue así como aparecieron los reptiles.

Las serpientes eran seres únicos hace 149 millones de años antes de la llegada de los hombres, tiempo suficiente para su evolución y desarrollo y para su organización como una avanzada comunidad.

Llegaron los humanoides.

¿Qué fue lo que ocurrió después? Es probable que hace un millón de años, a la llegada por primera vez de los dioses humanoides a la Tierra, éstos, al igual que los dioses serpiente, se encontraron ante sí con un planeta que merecía ser poblado, y quizás decidieron hacerlo colocando humanoides que se reprodujeran. Sólo había un problema: la Tierra se encontraba ya poblada por una comunidad organizada de serpientes.

La idea de ver su planeta invadido por colonos alienígenas no debió haber gustado mucho a las serpientes; quienes seguramente se rebelaron, entonces se libró entre hombres y serpientes una feroz batalla que, afortunadamente, ganó la humanidad.

Sin embargo, las serpientes no se rindieron ni abandonaron la batalla, al contrario, entablaron una “guerra fría” contra el hombre utilizando en ella las únicas armas de que disponían; su veneno mortal e inteligencia.

El paraíso.

Seguramente todos estamos familiarizados con la escena bíblica de la tentación de Eva en el Paraíso Terrenal; fue precisamente una serpiente la que puso ante la primera mujer el símbolo de la tentación, que podría significar su perdición y la de todos sus descendientes. Quizás esta tentación fue un movimiento estratégico de las serpientes para voltear a los dioses humanoides contra sus protegidos. Afortunadamente, y a pesar de que los hombres perdieron muchos privilegios a raíz de la tentación, los dioses no volvieron la espalda a los humanos y periódicamente volvieron para ayudarles en la batalla contra las serpientes.

A raíz de la experiencia del Paraíso Terrenal, las serpientes han sido consideradas como símbolo de inmoralidad sexual, además de declaradas enemigas del hombre.

Una prueba de que los dioses humanoides volvieron para proteger a los hombres del ataque de las serpientes la encontramos en la gran cantidad de relatos antiguos. La diosa egipcia Bast, el dios griego Apolo y el cristiano San Patricio, se comportaron valerosamente en la campaña por eliminar los remanentes de la organización de las serpientes, cuyo poder se encuentra representado en las figuras de Pitón, Apep y Nagina, quienes al ser vencidos por los dioses se vieron obligados a vivir en las tinieblas.

La memoria subconsciente.

La gran mayoría de las personas siente pavor hacia las serpientes; mismo que podría explicarse si observamos que todos y cada uno de nosotros somos descendientes de hombres que libraron posiblemente batalla contra las serpientes. Según las leyes de la herencia, en el cerebro de cada descendiente existe parte de la memoria de su padre, aunque de una forma muy subconsciente, por lo que, se supone, la mayoría de nosotros guardamos el recuerdo de esas batallas (en el inconsciente) es por tanto, que, en cada ocasión que nos encontramos ante una serpiente, nos alerta la experiencia sufrida por la antigua humanidad frente a estos reptiles. Esta es una forma lógica de explicar el pavor y la repugnancia que la mayoría de las personas sienten hacia las serpientes.

La piel: un importante documento.

Una de las áreas en que los dioses serpiente debieron haber estado interesados fue, sin duda, el de la magia y las artes ocultas. La ofidiomancia, es una de las más antiguas formas de adivinación. Ella predice el porvenir leyendo los dibujos que se forman sobre la piel de las serpientes. Los antiguos adivinos conocían esta cábala para adivinar la fortuna. ¿Cómo obtuvieron este conocimiento? Es muy posible que los dioses serpiente, antes de partir de nuestro planeta, imprimieran sobre la piel de sus descendientes toda la valiosa información que poseían. La capacidad de interpretación de los dibujos sólo le fue concedida a un selecto grupo de sacerdotes humanos amigos de las serpientes, los cuales tuvieron la responsabilidad de transmitir el conocimiento a través de varias generaciones.

Fueron los griegos, especialmente, quienes a menudo mencionaron la influencia de las serpientes en los campos místicos. El gran dios Hermes, se dice, fue un ser sumamente talentoso y sabio que poseía la capacidad de realizar hechos prodigiosos, que iban desde volar, gracias a un par de zapatos alados, hasta curar cualquier enfermedad por medio de su bastón. El símbolo de este bastón, que representan a dos serpientes enrolladas, fue utilizado por los alquimistas como señal de poder y sabiduría. Hoy es el emblema de las artes de la salud.

Quizá la imagen clásica de los hombres serpiente es la mítica Medusa, de la cual existen más de 25 versiones en el mundo: habla de una mujer excepcionalmente hermosa, cuyo pelo fue transformado en nido de serpientes. Medusa poseía el don de convertir a los humanos en piedra con sólo mirarlos, y fue Perseo quien la derrotó, haciéndola observar su imagen misma en la base de su escudo, lo que le permitió decapitarla. Esto representa una cruenta batalla entre hombres y seres serpientes, la cual, para fortuna de nosotros, ganó la humanidad.

Si observamos, en libros y leyendas se repite con mucha frecuencia el tema de las serpientes. En algunas ocasiones como símbolo de adoración y en otras como señal de una tragedia. En pinturas, libros y leyendas mitológicas, las serpientes aparecen constantemente como prueba representativa de algo muy importante para el hombre.

Está comprobado que los niños viven un estado mental de subconsciente; si observamos las reacciones de ellos ante las serpientes, tendremos una prueba más de que lo que decimos no es absurdo.

La batalla, que se inició con la aparición del ser humano, fue aparentemente ganada por el hombre, pero recordemos que aún hay serpientes y que es muy probable que se encuentren preparando el desquite que les permita ganar la batalla final.


Suplemento, Revista Duda ¿De donde llegaron los Etruscos?., Editorial INDICE. #940, 5 de Julio de 1989

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