domingo, febrero 10, 2008

No. 1101 La biblia el Popol Vuh

Cuando el joven monje español Fray Diego de Landa(1524-1579), pisó por primera vez las tierras de Yucatán, México, grande fue su asombro al escuchar de labios de los nativos narraciones muy semejantes a las historias bíblicas.

Y atribuyendo la semejanza en las narraciones a “influencias diabólicas”, ante la imposibilidad de que los mayas hubiesen siquiera oído hablar de La Biblia, ¡ordenó quemar todos los códices que encontró a su paso!

Pero andando el tiempo y al correr los años, el joven monje español fue elevado a la categoría de obispo. Y en esa calidad volvió a pisar las tierras yucatecas.

Sólo que ahora, y quizá arrepentido del crimen cultural cometido en su juventud, se dio a la tarea de buscar y recopilar códices, leyendas y tradiciones de los indios mayas.

Hasta lograr integrar en esa forma uno de los más hermosos manuscritos encontrados en América; ¡El Popol Vuh!

Ahora bien, ¿Por qué es tan importante este libro y cuáles son las extraordinarias historias que en el mismo se relatan?

Pero antes. Justo es que precisemos algunos conceptos sobre la santa biblia.

Empecemos por aclarar que, según las tradiciones judías y los acuerdos de la Iglesia Católica en el Concilio de Trento en el año 1546.

-Está prohibido poner en duda la 'inspiración divina' de los escritos bíblicos.-

O lo que es lo mismo.

Tanto la sinagoga judía como las diferentes iglesias cristianas, admiten que la Biblia es una colección “inspirada” o “dictada por Dios”.

Y contra esta opinión sustentada en los medios eclesiásticos judíos y cristianos, se han alzado siempre las voces de estudiosos que sostienen que -la biblia esta plagada de errores, anacronismos y falsedades-, -no es concebible, que la divinidad pueda equivocarse jamás-,-Por eso mismo, ¡no puede tratarse de un libro de inspiración divina!-.

Y a esas voces se han disconformes, se han unido la de un grupo de historiadores e investigadores que afirman que a la luz de los nuevos descubrimientos en los campos de la arqueología y la religión comparada. La biblia es solamente una recopilación de historias y sucedidos a pueblos tales como el hindú, los egipcios y los asirio-caldeos.


Ahora bien. Olvidándonos del origen divino de la biblia, ¿Podemos suponer, por un momento, que las enseñanzas contenidas en la misma, fueron dadas, simultáneamente, a todos los pueblos de la tierra?

O bien, aceptando que fue dios quien dictó la biblia al patriarca moisés, ¿acaso no podríamos suponer qué...?

La biblia y el Popol Vuh

¿Los dictó el mismo dios?



Por todos es sabido que la palabra “politeísmo” significa “varios dioses”, y que en la antigüedad, los pueblos primitivos de toda la tierra fueron politeístas. Tal fue el caso de los mayas de Yucatán.

Ahora bien, si el Popol Vuh habla de leyendas semejantes a las historias bíblicas, ¿por qué insistir en la comparación, si los mayas fueron politeístas y el pueblo judío es, y ha sido siempre, el pueblo monoteísta por excelencia?

Bueno, la verdad es que...

En el siglo XVIII, y en Francia, existió un hombre, el Doctor Astruc, que fue quizá el primero en llamar la atención sobre una aparente irregularidad en la biblia.

Localizada concretamente, en el relato del “Génesis”, primero de los 5 libros de la biblia, atribuidos a Moisés.

¿En qué consistía esa irregularidad? Bueno, en que el relato usa indistintamente, los nombres de “Elohím” y “Jehová” para designar al Dios de los hebreos.

Y ese hecho, ¿realmente tiene algo de extraño?

¡Pues sí! Y la razón es la siguiente: ambos nombres no están usados, de ninguna manera, en forma arbitraria.

Antes bien, la historia que menciona a “Elohím” y la historia que menciona a Jehová, ¡son en realidad dos historias diferentes, que se han integrado en una sola en el contexto del Génesis!.

Y además, ampliando esta información: a fines del siglo pasado, el escritor francés Francisco Lenormant, en su libro “Los orígenes de la historia”(edición 1880), sostiene que leyendo cuidadosamente el Génesis desde el capítulo 1º, hasta el capítulo 2º versículo No.4 encontramos que la historia está relatada por “Elohim”, que empieza diciendo -Al principio, creó Elohim los cielos y la Tierra, hizo la luz, separó el día de la noche... hizo que la tierra produjera hierba y que el árbol diera fruto... que las aguas tuvieran vida abundante, y que las aves volaran sobre la tierra-.

La historia cuenta también que Elohím bendijo a las especies y dispuso que fueran fecundas y se multiplicaran. A los peces les dijo que llenaran las aguas de los mares y a las aves, que se multiplicaran en la tierra.

Después, Elohím dispuso que la tierra produjera seres vivos, según sus especies. Y luego, dijo textualmente: “¡Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza!”. Y creó al hombre.

Y después de crear al primer hombre y a la primera mujer, los bendijo diciéndoles: “sed fecundos y multiplicáos. Llenad la tierra y dominadla”. Y les dio las plantas que producen grano y los árboles que dan fruto, para su sustento. Y acabó su creación al séptimo día y descansó.

Y hasta aquí la historia de Elohim, ya que del capítulo 2º versículo No.5 en adelante sigue la historia de Jehov o Yavé que empieza anotando que, -no habia arboles sobre la tierra y ninguna hierba había germinado todavía, porque Él no había hecho llover y porqué no había hombres sobre la tierra que cultivasen el suelo.

Entonces, Jehová formó al hombre del polvo de la tierra y soplo en sus narices el aliento de la vida. Luego, plantó un jardín de Edén a la parte oriente y puso ahí al hombre que formó.[...] Hizo nacer también árboles gratos a la vista y buenos para comer, y en medio de todo esto, plantó el árbol del conocimiento, el árbol del bien y del mal. [...]Luego ordenó al hombre que cuidara y labrara el jardín del edén, advirtiéndole que podía comer los frutos de todos los árboles menos los frutos del árbol del bien y el mal. Porque si llegaba a comer esos frutos ¡de seguro moriría!

Más tarde, viendo Jehová que el hombre estaba solo, pensó en hacer una ayuda para él. Lo hizo dormir, y dormir, tomó una costilla del hombre ¡e hizo de esa costilla una mujer, que entregó al hombre por compañera!



Y aquí detenemos la reseña de la creación, en la historia de Jehová, ya que todo mundo conoce lo demás, la serpiente, el la tentación, el pecado original, el castigo, etc.



Ahora bien, ¿qué puede tener de extraño que en el relato del génesis, se empiece hablando de Elohím y después siga hablando de Jehová? ¡Pues simplemente, según Lenormant, que la palabra Elohím significa “los dioses”!

Y que conforme a esta definición, la primera parte del Génesis relata la creación del hombre y de la tierra ¡Hecha por los dioses! Y no solamente por Dios.

Y la segunda parte es solamente otra versión de la misma historia, sólo que esta es relatada por Jehová, y a ella se agregan pasajes como el del árbol del bien y del mal, la serpiente, la tentación, el pecado original, el castigo, etc.

De modo que, conformes con Lenormant en el sentido de que la creación del hombre y de la tierra, bien pudo haber sido hecha por los dioses.

Ahora sí podemos comparar estos relatos con los del Popol Vuh, y sacar las conclusiones necesarias.

Y puestos en este camino, empecemos por decir que los narradores del Popol Vuh, comienzan su historia de esta manera.

-Todo estaba en suspenso. Vacía la extensión del cielo[...] no había todavía ni un hombre, ni un animal, ni pajaros, peces, cangrejos, arboles, piedras, cuevas, barrancos, hierbas ni bosques. Sólo el cielo existía. Y abajo, en el planeta tierra sólo el agua en reposo[...] el mar apacible, solo y tranquilo[...] Y en medio de esa noche, ocultos bajo plumas verdes, estaban los dioses[...] El Creador[...]El Formador[...]Tepeu[...]Gucumantz[...]Los progenitores.

Y de esta manera, existía el cielo y también, el Corazón del Cielo, que es el nombre de Dios.

Depues los dioses se juntaron y dispusieron la creación de la tierra diciendo:

¡Hágase así![...]¡Que llene el vacío!
[...]¡Que el agua se retire! [...]¡Que surja la tierra y se afirme!
[...]¡Que aclare![...]¡Que amanezca en el cielo y en la tierra!



Luego todos los dioses dijeron:

¡Tierra!

Y esta fue hecha al instante, surgiendo las montañas y los valles, diviendose las corrientes de agua y formando arroyos que corrieron libremente a través de los cerros.

Hecha la tierra, el siguiente paso fue crear a los animales los pequeños del monte[...]los guardianes de todos los bosques[...]los genios de las montañas.

¿Qué lugar asignaron los dioses a los animales en la tierra creada? Muy sencillo, los dioses dijeron:

Tú venado, dormirás en la vega de los rios y los barrancos[...] vosotros pájaros, habitaréis, sobre los árboles y los bejucos[...] y así. De uno en uno lo progenitores fueron dando habitaciones a todos los animales de la tierra.

Pero más tarde cuando los dioses pidieron a los animales que los alabaran por haberlos creado, y estos sólo contestaron con rugidos, chillidos y cacareos, sin poder pronunciar el nombre de los dioses. Los dioses condenaron a los animales diciéndoles -como no podeis adorarnos ni invocarnos, aceptad vuestro destino: ¡vuestras carnes serán trituradas!.

Luego de esto, los dioses decidieron crear al hombre.

Lo hicieron primero de barro, pero no resultó. Lo hombres de barro se deshacían rápidamente.

Probaron nuevamente, e hicieron a los hombres de palo. Pero estos no se acordaban de su creador ni de su formador, [...]caminaban a gatas, sin rumbo[...]rígidos, con su cara enjuta y su manos y pies sin consistencia. Entonces, para destruirlos, el dios Corazón del Cielo, mandó que cayera un diluvio sobre ellos.

Y aquí nos detenemos brevemente, para preguntarnos: ¿no guardan todos estos relatos cierta semejanza con la creación bíblica del hombre y de la tierra?

Y algo más: El diluvio universal enviado por Dios para destruir a la raza pecadora. Que en el caso de los mayas fue para los hombres que no sabían adorar a sus dioses.

Y siguiendo con el relato.

Los dioses hicieron un tercer intento, esta vez crearon al hombre de tzité y a la mujer de espadaña. Pero fracasó también con esta creación. Y para acabar con ellos, los dioses mandaron un nuevo diluvio. Pero en esta ocasión fue un diluvio de resina.

Y nuevamente nos detenemos en el relato para llamar la atención sobre esta lluvia de “resina”. ¿Acaso no es cierto que guarda gran semejanza con la lluvia de “nafta” o “petróleo”, que el Dios de Moisés envió junto con las piedras de barad sobre la tierra del Faraón cuando los castigó con las plagas de Egipto?

Pero sigamos con el relato, y veamos ahora cómo fue el cuarto experimento de los dioses mayas para hacer al hombre. Los crearon de maíz amarillo y de maíz blanco. Y ahora sí tuvieron éxito.

Pero sucedió esta vez que al crear los dioses a los 4 primeros hombres. Los dotaron de tal inteligencia, y tal vista, que los hombres alcanzaban a conocer todo lo que hay en el mundo; a ver la bóveda del cielo, incluida la faz redonda de la tierra, y conocer también las cosas ocultas.

Y entonces los dioses preguntaron a los hombres ¿Qué pensáis de vuestro estado? ¿Miráis? ¿Oís? ¿Es bueno vuestro lenguaje y vuestro paso?[...] -Oímos, pensamos, andamos y sentimos. Conocemos lo que esta lejos y lo que está cerca[...] y vemos también lo grande y lo pequeño del cielo y la tierra-

Cuando El Creador y El Formador oyeron hablar así a los hombres, dijeron entre sí:

-¿Por ventura se han de igualar a nosotros que podemos abarcar grandes distancias[...] que lo sabemos y vemos todo?

-No está bien lo que dicen nuestra criaturas. Todo lo saben. Lo grande y lo pequeño[...] ¿Qué haremos ahora con ellos?

-¿No son acaso simples mortales? ¿Han de ser ellos también dioses?

-[...]¡Que su vista solo alcance lo que está cerca! ¡Que sólo vean un poco de la faz de la tierra!

Entonces, cambiaron la naturaleza de sus obras, haciendo que el dios Corazón del Cielo, echara un vaho sobre los ojos de los hombres, y así, estos sólo pudieron ver lo que estaba cerca de ellos.

Y nos detenemos sólo un instante para preguntarnos: ¿no es curiosa la semejanza entre esta historia y la prohibición del Dios de la biblia para que el hombre no comiese del fruto del árbol de conocimiento?

Pero sigamos con la historia y anotemos que, al contemplar los dioses la soledad de los hombres, decidieron darles compañeras, y para ello, los hicieron dormir, y durante su sueño, crearon a las mujeres. Lo que necesariamente nos lleva a preguntarnos, ¿Acaso no es semejante al pasaje bíblico en el cual Dios da también una compañera al hombre durante su sueño?

Después. Las 4 parejas originales se multiplicaron allá en oriente, y engendraron a las tribus pequeñas y a las tribus grandes. Y entre ellas, según los narradores del Popol Vuh, a las tribus Yaquis y a las Olmecas.

Esta multiplicación de las tribus se llevó a cabo en medio de un mundo de tinieblas. Una obscuridad que duró 25 años según textos y anales prehispánicos.

Y esta referencia del Popol Vuh al periodo de las tinieblas en que las tribus mayas se multiplicaron, nos hace recordar los 40 años que las tribus de Moisés pasaron en el desierto, también entre las tinieblas.

Pero falta algo todavía. Las nuevas tribus emigraron, en la obscuridad a un mítico lugar: tulan zuiva(las 7 cuevas de tulan) y ahí se reunieron todas. Y fue allí también donde recibieron sus dioses. Y donde iniciaron la marcha hacia Yucatán.

Pero ¿como cruzaron el mar desde la isla de Tulan Zuiva hasta las costas yucatecas? El Popol Vuh asienta: -no esta claro como fue su paso por el mar[...] como si no hubiera mar,pasaron hacia este lado[...] ellos pasaron entre el mar, habiéndose dividido las aguas cuando pasaron.

Y hasta aquí el Popol Vuh.

Y ahora nosotros preguntamos.

¿Son solo coincidencias las historias que cuenta el Popol Vuh de los mayas con las narraciones de la biblia dictada a Moisés por el Dios del Sinaí? Pues la confusión de las lenguas de Tulan Zuiva, se asemeja mucho a la historia de la Torre de Babel de que habla la Biblia.

Y el relato del paso de las tribus mayas de Tulan Zuiva a las cosas yucatecas, francamente parece copiado del relato bíblico del paso del mar rojo por las huestes de Moisés.

¿Y la creación de la tierra? ¿la de los seres vivientes? ¿la del hombre y la mujer? ¿y el diluvio? ¿la obscuridad? ¿la lluvia de petróleo? ¿Son solo coincidencias reflejadas en los anales de los pueblos judío y maya?

La verdad, ante la enorme similitud en ambos relatos terminamos nuevamente por preguntarnos, ¿Dictó el Dios Moisés el Popol Vuh de los mayas?